...la fiesta de las Ranas Cantarinas fué todo un éxito. Esa mañana todas dormían entre los nenúfares a anca suelta su resaca; todas menos una que ensayaba en voz baja, a la sombra del árbol de aguacate, el cuento que le contaría a los pequeños conejitos de la más reciente camada. Ella no era una rana como cualquier otra, ella era una rana encantada, y tenía el don de fabricar mágicas sonrisas con sus palabras...
Jardines Topotepuy, Caracas
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