jueves, 30 de abril de 2015


                                                            El Hatillo - Caracas



Antonieta siguió al pie de la letra las instrucciones de uno de los retos para convertirse en Hada, que le dió el Caballero de la Mesa Ovalada:

-Al llegar a la sala,
verás al Señor Mandala.

Si le bailas y le cantas
y le vuelves a bailar,
pegas 3 brinquitos,
le cuentas un secreto y sonries sin parar,
haciendo una reverencia
mientras cuentas hacia atrás...

Él te dará tus alas. 

jueves, 23 de abril de 2015

El Perezoso

                                                   Urb. El Cigarral - Caracas
                                                       Foto de Carlos Rubio
                                                http://rubiocarlos.blogspot.com/

Ya se había convertido en una peligrosa costumbre el dejarse llevar por los efectos de aquella poción mágica, que le había obsequiado una extraña y misteriosa visitante del bosque. Siguendo al pie de la letra sus instrucciones, el ingenuo mamífero agregaba cada día unas cuantas gotas a sus hojas de Eucalipto, lo que le hacía sentír pesado, muy pesado, como el Elefante. Al principio parecía una buena manera de evitar preocupaciones, por aquello de que hay que tomarse la vida con calma, pero eso de ser el animal más lento de todos, ya no le parecía nada gracioso.

El Perezoso, harto de ser presa fácil de mordiscos y picaduras, debido a su incapacidad para correr y huir de sus indolentes predadores, se propuso acabar de una vez por todas con esa situación. Fué así como un día, decidió anular los efectos de aquella ridícula poción con la ayuda de sus amigos del bosque.

Bastaron unas cuantas sesiones de meditación de la mano de la señorita Garza, clases de hipnosis dadas por un experto, el Dr. León y recomendaciones para cultivar la paciencia, cortesía de Doña Araña y el Perezoso ya estaba listo para acabar con el conjuro.

Aquella mañana, armado de paciencia y valor, logró persuadir a las gotas de la mágica poción para que se unieran a la ruidosa fiesta que tenían en el bosque, sus parientes lejanas, las gotas de lluvia.